Cartas.

 

Cartas

 

 

Hola, te escribo ya que no soy lo suficientemente valiente como para decírtelo en persona, te quiero, te amo, te adoro, no sé cuantas palabras tengo que escribir como para poder expresarte lo que siento. Solo se… que siento algo muy grande. Eres la persona más amable que eh conocido, eres chistoso, con solo escuchar una de tus bromas, me hace estar feliz el día entero. Tienes a un montón de personas tratando de conquistarte, yo soy otra persona más, pero en cambio yo… no me atrevo a decírtelo. Te quiero, te amo, te adoro, pero no sé cómo decírtelo, solo… como escribírtelo.

 

 






 

 

 

No sabes cuantas lágrimas me has hecho votar… por el simple hecho de que yo no pueda decirte, créeme que quiero, pero no puedo, el miedo no me deja. Eres tantas cosas para solo una persona, y yo… solo soy unas pocas. El simple hecho de verte sonreír, hace que mi mundo se detenga, que sienta que no puedo respirar, que mi corazón se detenga, pero… si tengo que sentir esa sensación para poder verte sonreír… espero que esa sensación nunca se valla. Soy feliz si tú lo eres, pero estoy tan triste por el hecho de que no sepas quien te ama tanto, no soporto que por un simple miedo… no diga nada…

 

 

 

 






 

Ahí estas, conversando con tus amigos, que envidia, yo en cambio, estoy escribiendo esta ridícula carta. Debo admitirlo, no atraigo la atención… ni siquiera la tuya, por lo menos espero que leas estas cartas, te las dejo en tu casillero, ya que si te las doy en persona… quizás ni les prestes atención, quizás ni las leas. Desearía llamar la atención, que me miraras como te estoy mirando en estos momentos, que recordaras mi nombre cuando te vas a acostar, que agarraras una almohada, para luego ponerte a gritar con locura… Qué envidia, que envidia tener que escribir esto, y no poderte hablar libremente como tus amigos… Ya que posiblemente si te digo todo esto… me rechazarías, que envidia, que envidia ¡QUE ENVIDIA!, y… que triste… que triste tener que esperar a que te des cuenta de mi existencia. Pero no importa… te sigo queriendo, algún día me atreveré, y espero… que para ese día… no sea demasiado tarde.

 

 






 

 

 

¿Por qué no puedo decírtelo en persona?, veras, es que me da miedo, me da miedo que te sientas incomodo al verme, me da miedo que te desagrade, que las pequeñas cosas que hacemos juntos… desaparezcan, que no vuelvas a leer estas cartas y que me dejes de ver cómo me vez ahora. Me da mucho miedo, así que prefiero escribirte, no me puedes rechazar si no sabes quién soy, así que… prefiero este método.

 

 

 






 

 

Me entere… que te gusta alguien más, no te culpo, es muy bella. Pero no puedo ocultar… que desearía haber sido yo, no lo puedo evitar, aunque quiera, esa sensación me hace sufrir, pero igualmente… no se va. No servirá de nada pero… te lo tengo que decir, mañana nos vemos en el segundo recreo, en el árbol más alto del patio. Te espero.

 

 

 

 






 

Nunca, nunca creí que dijeras que sí, que me miraras con esos ojos, esta será mi última carta, así que lo único que puedo decirte es… gracias, gracias por quererme como yo te quiero.

 

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Generación Z (Ensayo)

Tou [Leyenda inspirada en el Sindrome de Tourette]

Las cronicas de un mentiroso